EL MAR
Ataviado de azul bajo el sol de poniente,
trayendo ecos de mil historias sin acabar,
y al alba con un crepúsculo refulgente
se hace ver la anchura y grandeza del mar.
El viento te enfurece con su bravura,
la furia de tus olas ves formar,
implacable ruges con feroz locura
y hasta tus profundidades te oyen bramar.
Pescadores que preparan sus faenas
cuando al horizonte comienza a clarear,
entienden tu lenguaje, y tú, sus penas,
mas con tu música les puedes consolar.
¿Quién te escuchó en el silencio de la noche
haciendo a aquellos tus cautivos naufragar?
¿Quién pudiera hacerte un solo reproche
al volver de la orilla la resaca para hacerla tragar?
Marineros que te surcan en unas y otras latitudes
conocen tus avatares, las que te hacen triunfar
en tres cuartas partes del planeta, y tus vicisitudes,
las del gran, majestuoso e inmenso mar.
El viento te enfurece con su bravura,
la furia de tus olas ves formar,
implacable ruges con feroz locura
y hasta tus profundidades te oyen bramar.
Pescadores que preparan sus faenas
cuando al horizonte comienza a clarear,
entienden tu lenguaje, y tú, sus penas,
mas con tu música les puedes consolar.
¿Quién te escuchó en el silencio de la noche
haciendo a aquellos tus cautivos naufragar?
¿Quién pudiera hacerte un solo reproche
al volver de la orilla la resaca para hacerla tragar?
Marineros que te surcan en unas y otras latitudes
conocen tus avatares, las que te hacen triunfar
en tres cuartas partes del planeta, y tus vicisitudes,
las del gran, majestuoso e inmenso mar.
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