domingo, 23 de agosto de 2020

Coronavirus

LA PANDEMIA

*Poema compuesto el 20 de Agosto de 2020, en Torrijos.


Es mucho peor que una simple anemia,
está el planeta en vilo por su causa,
un virus que se contagia sin pausa;
estamos ante toda una pandemia.

Todo empezó en China a finales de año,
enseguida apareció en Alemania,
en febrero se presentó en España;
un virus que realmente hace daño.

Desde marzo en este país confinados,
para evitar riesgos que sean mayores;
pocos tiempos hubieron aún peores,
pero fueron días ya muy pasados.

¡Pandemia, inesperada pandemia!.
Viniste como ladrón en la noche;
quién empezara a hacerte un reproche
por tu crueldad, e incluso una blasfemia.

Sí, sí; la humanidad tienes en vilo:
has chafado de este país su turismo;
la economía, al borde del abismo.
Nadie en este planeta está tranquilo.

Por favor. desaparece del mapa,
que ya has trastocado bastante el mundo;
nos has sumido en un mal tan profundo
que has revolucionado hasta al Papa.

Sé en salir de casa persona abstemia,
ni siquiera vayas a la academia;
la prudencia a la salud premia,
y más ahora, con esta pandemia.



EL CONFINAMIENTO

*Poema compuesto el 20 de Agosto de 2020, en Torrijos.


Quedarse en casa es un aburrimiento,
verdaderamente provoca tedio;
durante meses no hubo otro remedio:
es lo que llamamos "confinamiento".

Catorce de marzo de dos mil veinte,
decretado el estado de alarma;
creo que deben ser cosas del "karma",
el caso es que todo pasó de repente.

Llevaba un tiempo en Madrid con mi hermano,
del virus desde hacía meses se hablaba;
pasó, pues, algo que nadie esperaba,
y el gobierno de aquéllo echó mano.

La gente en sus casas en todo un país;
de personas casi media centena
en millones guardando cuarentena,
saliendo sólo a que el perro haga pis.

La cárcel casi aquéllo pareciera,
sólo saliendo en caso necesario,
teletrabajando en casa a diario,
y las ocho, la hora del aplauso era.

Al comer veíamos las noticias,
las cuales nunca hablaban de otra cosa;
es lo que hay, lo siento, hermosa:
contagios, muertos y más inmundicias.

Como el film "lo que se llevó el viento",
tiempo calamitoso es el de ahora;
a ver si la cosa pronto mejora
o si volvemos al confinamiento.



LA MASCARILLA

*Poema compuesto el 21 de Agosto de 2020, en Torrijos.


Con ella pareces un macarrilla;
es la moda global desde hace meses,
algo habitual entre los japoneses:
ponerse, ante el riesgo, la mascarilla.

Que no se te olvide al salir de casa,
hay que llevarla vayas donde vayas;
si no, posiblemente de desmayas,
pues la policía, al multarte, se pasa.

Póntela bien, cubre nariz y boca,
o sea, las vías respiratorias;
muchas tienen líneas indicatorias,
por lo que fácilmente se coloca.

Mascarilla, sedosa mascarilla,
las hay rugosas pero también lisas,
pero todas ocultan las sonrisas
e impiden besarnos en la mejilla.

No es que llevarla muy incómodo sea,
pero con ella igual no se respira;
si hace falta, hacia abajo se retira
para que quien quiera sabe quién eres te vea.

Hay quienes las adquieren en farmacia,
hay quienes las hacen cosiendo a mano,
hay quienes las ignoran por lo sano,
hay quienes dudan de su eficacia.

Puedes encontrarla más baratilla,
seguramente, en un "todo a cien"
pero, si quieres protegerte bien,
has de comprarte una "más carilla".



LOS REBROTES

*Poema compuesto el 22 de Agosto de 2020, en Torrijos.


Ahora que otra vez los muchachotes
salen de nuevo a hacer sus botellones,
por no tomar buenas precauciones
es inevitable que haya rebrotes.

Hay que acatar las recomendaciones
de las autoridades al respecto,
y obedecer con espíritu recto,
evitando las aglomeraciones.

Muy traicionero virus es este,
a la mínima vuelve al ataque
y nos tiene nuevamente en jaque;
no parece que a rendirse se preste.

Rebrotes, rebrotes y más rebrotes
hay por doquier tras el confinamiento;
no se detienen ni un momento,
se multiplican sin que tú lo notes.

Reuniones familiares causa son,
hartos de decirlo en la tele están,
pero las gentes cuenta no se dan;
sin embargo, son cosas de cajón.

Fácil es que aparezca un nuevo foco,
quizá por la indiscreción de algún loco,
luego se va extendiendo poco a poco,
y yo del miedo ya ni te toco.

Intentemos conservarnos sanotes,
seamos prudentes y precavidos,
pues estamos ya más que advertidos,
y evitemos que haya más rebrotes.


viernes, 14 de agosto de 2020

Tras la tormenta, la calma

 LA TORMENTA

*Poema compuesto el 11 de Agosto de 2020, durante una tarde de tormenta de verano, en Torrijos.


Ser el fin del mundo casi aparenta,
cuando en la tarde rompe a llover;
lo mismo hoy que en el día de ayer,
pero ahora es una recia tormenta.

Un once de agosto de cielo oscuro,
cual otoñal lluvia en pleno verano, 
había agua de caer tarde o temprano,
aunque ahora lo hace de un modo duro.

Súbito relámpago entre nubes flamea,
apocalíptico, de este a oeste,
gran temblor en la bóveda celeste, 
mas quizá es sólo un ángel que pee y mea.

¡Tormenta, inclemente e impía tormenta!.
Tras el rayo suena el trueno impetuoso,
irruptor en el cielo tenebroso,
de aquél, réplica sonora y lenta.

Alguien debió cantar realmente mal,
si no, no se explica la que ahora cae,
desentonar malos augurios trae,
he aquí, pues, tal tromba y vendaval.

Una hora de relámpagos y truenos,
el aguacero en el tiempo se alarga;
pase pronto espero esta hora amarga
y que vengan momentos más buenos.

Buena sacudida fuerte y violenta,
la que la tierra ahora experimenta,
estrepitosa siempre se presenta,
sobre la faz terrestre la tormenta.
                                                                                                          


LA CALMA

*Poema compuesto el 12 de Agosto de 2020, día de sol benigno y muy apacible, en contraste con el día anterior.


Lo mejor que puedes darle al alma,
ahora que ha pasado la tormenta,
pues el sol los pesares ahuyenta:
tras la tempestad viene la calma.

Se desvanecieron las nubes de ayer,
volvió a clarear, el cielo se abrió,
quedó en el recuerdo cuanto llovió,
y fue pacífico el anochecer.

Un día espléndido amaneció hoy,
cálido sol en la clara mañana,
tras un paseo, que es cosa sana,
me pongo a nadar y mil brazadas doy.

Qué bien sienta tras la lluvia la calma,
olor a tierra fresca y aire tibio,
por doquier se respira gran alivio;
mucho mejor que un crucero a la Palma.

Pían y cantan alegres las aves,
brilla la naturaleza y resplandece;
del mar el sosiego, cuando atardece,
no se quiebra ni al surcarlo las naves.

La quietud circundante extasía,
la paz impera a los cuatro costados,
serenidad hay por todos lados,
tanto de noche como de día.

Bailemos pegados al son de Dalma,
al atardecer, aquella canción,
y rehagamos nuestra relación,
ahora que de nuevo reina la calma.